mercredi 7 juillet 2010

billete sin suerte

Cuando en el año 1991 El Banco de la República de Colombia cito a concurso a creadores, dibujantes y artistas a participar al concurso para el diseño de un billete que nos cambiara de los Santanderes, Ricaurtes y Nariños rosados, verdes y grises de nuestros libros de historia, pensé que había otros héroes para celebrar y aplaudir.
Yo, Jorge Olivares, con la ayuda de familia y amigos realizé uno a uno todos los motivos del diseño y el billete completo con filigrana y todo, billete que finalmente resulto ganador y que todos apodaron el billete de los loritos...pero no del primer premio porque según decisión el Señor Presidente del Banco de la época, -quién arbitrariamente, a pesar de la decisión unánime del jurado eminente presidido por el único sabio en materia cultural Germán Arciniegas, dijo que "el primer premio presta a obligaciones de parte de la institución, por bueno que sea" - fue calificado de "desierto".
Gané entonces el segundo premio, con un cheque, las felicitaciones del presidente, una entrevista radiofónica y la pena y excusas de Germán por ese "desierto" de sed, soledad y viento.
Un buen día me llama otro "dotor" de esos para decirme que finalmente tomaron la decisión de imprimir mi billete por hermoso, por colorido, por diferente. Pero que como solo aquél que ganara el primer premio podía pasar a impresión, he aquí las famosas "obligaciones" de que hablaba el otro "dotor", y que para ello, se necesitaba mi autorización.
Yo dije, pues la doy pero me dan el cheque y la publicidad debidas a un primer premio.......que si, que no, que ya tarde, que la decisión vino de arriba, que imposible, que como hacemos....Y yo pues firme. La plata o la vida.
Llamadas y ruegos empezaron a montar en jerarquía...y yo pues la plata.
Como al año, uno de los cardenales, el papa nunca llamo, del Banco llama y me invita a almorzar ...que donde usted quiera dotora...que bueno, que allí nos vemos a la una.
Allí me esperaba no de rojo sino de completo completo, muy elegante el dotorcito en cuestión y la conversión comienza ...que usted comprende...que no teníamos la intención...pero que ahora si...que firme aquí doña los derechos de autor...que así imprimimos su billete a millones de copias sin deberle un centavo a usted...que mire....Me saca mi sobre, con todos mis dibujos...toditos, los chiquiticos de las narigueras, del poporo de oro, los barquitos de Cristóbal...mi billete completo, la india embera fiera y tatuada en el mentón...y me cogió una tos increíble y así estrangulada corrí al baño y no paraba de toser.
Cuando volví a la mesa estaba colorada y llorosa y la soga que me apretaba el pezcuezo seguía allí con sus púas clavàndoseme...y para desahorcarme al fin...ya muriendo sin aire, firmé uno a uno todos los dibujos como si vendiera o regalara a mis hijos...
Sin terminar de almorzar me fui...y entendí que era un billete sin fortuna...valga la redundancia, puesto que apenas un año después de su parución al publico y que fuese manoseado por todas las manos y portado en todos los bolsillos, hubo un robo millonario y desaparecieron las planchas de impresión seguido de la aparición de millones de loritos forajidos que por todas partes volaban sin oros en ningún socavón! Fueron los ladrones quienes ganaron el primer premio.

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