samedi 17 juillet 2010

Los cachorros




Hace unos años se me apareció un monstruo de tres cabezas, devorador y sangriento.
Fue, con premeditacion, método y parsimonia, despedazándome poquito a poco, con encarnizado placer hasta no dejar de mi sino un charco de tripamenta negra y sucia. Supe, en ese entonces, que cada cabeza tenia tenia un nombre y creí que actuaban cada una independientemente, pero con el tiempo fui comprendiendo que actúan de concierto y que cuando una sonríe, la otra muerde y la tercera grita y que no siempre es la misma la que ríe, la que muerde o la que insulta. Solamente sé que soy yo, sin fin, el objeto de su insaciable hambre y deseo, y que aún espachurrada y desaparecida y posesionado él de todo mi ser y de mi piel, de mis cualidades y defectos y de todos mis recuerdos, seré aún su plato preferido.

Un día, en Tashkent, capital de Uzbekistan, entré a un almacén donde vendían toda clase de cosas y de colgandejos. Mirando aquí y allá en busca de objetos divertidos o bellos, de pronto me topé, como si tuvieramos cita, con esta escultura tan bonita...no pude menos que reír muy divertida y hacer toda clase de gestos y aspavientos para indicar que quería verla de cerca!!! Ha sido, con sus tres cabezas de ojos globulosos y jeta dentada que sonrie, su linda cola de lagarto, sus hermosas patas de perrito fino y su color indiscutible de barro cocido un objeto de goce siempre renovado...!

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire